…¿cuánta gente que no pensaba ver esta entrega de Batman irá a verla después de la noticia del ataque en la premier?…
POCOS acontencimentos generan tanta atención en el mundo como el estreno de una superproducción de Hollywood, y tras los hechos sangrientos del viernes durante la premier de Batman, ahora también es un asunto de seguridad nacional.
El ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York transformó drásticamente actividades que hasta entonces eran muy comunes, como subirse a un avión: ahora hay que quitarse los zapatos para que sean revisados, no se puede subir un shampoo y todos los pasajeros son sospechosos de terrorismo hasta que demuesten lo contrario (y si lo demuestran, también).
Para visitar un lugar turístico en Estados Unidos, como la Estatua de la Libertad, ahora hay que pasar todo tipo de filtros de seguridad y acontecimientos como el Superbowl hoy son de los más vigilados del mundo (aunque ya de por sí lo eran antes de esa facha).
El año pasado, para cubrir un evento al que estaba invitado (no confirmado) el presidente Obama, la paranoia estadounidense me obligó a viajar con visa de periodista y enviar desde aquí todas las referencias posibles para demostrar que yo era quien decía ser, sin contar todo el interrogatorio que me tuve que aventar aquí en la Embajada (al final, no fue Obama).
Ahora, la llegada de «Batman: El Caballero de la Noche Asciende» pone sobre la mesa que un acontecimiento que se registra en miles de salas de cine en todo el mundo casi simultáneamente también es de alto riesgo porque resulta atractivo para cualquier persona con malas intenciones que quiera aprovechar un refelctor de ese tamaño, algo así como una «batiseñal» global.
El estreno de Batman pasó de la sección de Espectáculos a la nota roja y de ahí a la primera plana dándole la vuelta al mundo en unos minutos y permanecerá en la memoria colectiva cuando la película se estrene en DVD y televisión: ¿verdad que es atractivo?
También es cierto que ahora la película tuvo otro tipo de publicidad involuntaria que también la hará muy popular: ¿cuánta gente que no pensaba ver esta entrega de Batman irá a verla después de la noticia del ataque en la premier?
Quizá, ahora entrar a un cine en Estados Unidos será una actividad un poco más tardada y se retomarán los debates (que siempre terminan sin mostrar soluciones) sobre la venta legal de armas y la violencia en las películas.
Estamos viendo otro de esos hechos que pueden cambiar la forma en la que vemos el mundo y que ahora una sala de cine puede ser un lugar de alto riesgo, aunque un poco paranoico, tal y como sucede en los aeropuertos.
@carlostomasini 
Muy interesante el personaje de Batman desde la visión cultural norteamericana, es un empresario exitoso – el verdadero heroe norteamericano -, defensor de la justicia, pero aplicada por propia mano muy al estilo del antiguo oeste, innovador, en fin, un liberal en toda la extensión de la palabra. Y bueno, lo que pasó en Colorado, es uno de los males colaterales de una sociedad que pone la libertad individual (entre ellas el tener un arma para la defensa propia) ante todo.
Pero cabe recordar que esta tradición tiene sus origenes en la propia fundación de la sociedad norteamericana en épocas coloniales y que recurrentemente se repite: Columbine, V Tech, el francotirador de Washington, y un etc. interminable. Si bien el caso de colorado guarda algunas similitudes con el caso Brevik de Noruega, creo que es mas bien algo que se debe de analizar desde la propia perspectiva de la sociedad norteamericana.
Felicidades e interesante análisis.
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Sí, como la entrega pasada de Batman, donde tooodo mundo fue a ver a Heather Ledge porque acababa de morir. Afortunadamente fue una gran producción y Ledge se llevó la película, valió mucho la pena.
Después de estos hechos, la nueva película de Batman ¿será esa gran producción que valga la pena ver más allá del morbo por lo ocurrido?
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