Sí se olvida

...carton de abel quezada publicado un mes después de los hechos de tlatelolco...
Este cartón de Abel Quezada se publicó en Excélsior en noviembre de 1968.

 

…en 1968 era impensable que un noticiario presentara los hechos;
inclusive, si se revisan las ediciones de periódicos del 3 de octubre,
son pocos los que dan cuenta de algo de lo ocurrido en Tlatelolco…

 

El 2 de octubre de 1968 es un tema que me gusta tratar en mis clases para mostrar las transformaciones en el periodismo y, de paso, generar algo de conciencia en los estudiantes.

Suelo preguntar a los alumnos si saben qué pasó en esa fecha y lo común es que sólo unos cuantos conozcan pocos detalles, pero la mayoría lo ignora por completo o, de plano, expresan que no tienen interés en saberlo.

“Pues algo con los estudiantes de la UNAM que mataron en el Zócalo porque estaban contra el Gobierno”, me respondió una vez un alumno haciendo un ademán despectivo que primero me indignó y después me alarmó.

Al final de la clase, afortunadamente, esa actitud cambió.

Es esa anécdota lo que me lleva a esta reflexión:

 

UNIVERSITARIOS manifestándose en las calles gritando consignas contra el Gobierno que, a su vez, impide que los medios informen sobre los hechos…  Suena a una historia reciente, pero la verdad es que son muy diferentes.

Hace unos meses, en plena efervescencia del #YoSoy132 hubo quienes lo comparaban con el movimiento estudiantil de 1968, cuando el contexto, los participantes y las reacciones no se parecían mucho.

En el contexto político de 1968, el Estado tenía un reacio control en diversos ámbitos, que iban desde los medios de información hasta sectores sociales, como el que ejercía mediante los sindicatos.

Hoy, existen tantos medios de información que el control que el Estado puede tener es mínimo; por ejemplo, lo que no aparece en Televisa, aparece en otro canal, en estaciones de radio o en sitios de internet; en el mismo Televisa, hoy existen espacios que hablaron de #YoSoy132.

Pero en 1968 era impensable que un noticiario presentara los hechos; inclusive, si se revisan las ediciones de periódicos del 3 de octubre, son pocos los que dan cuenta de algo de lo ocurrido en Tlatelolco, inclusive los que se jactaban de ser más “independientes”.

Parece que se es un contexto de ostracismo y censura ya se olvidó, pero se vivió en México durante muchos años, inclusive después de 1968.

Asimismo, en 1968 no era común que las masas salieran a manifestarse a las calles, era una verdadera novedad en un país que apenas unos años antes acababa de salir de una Revolución.

Hoy, todos los días hay una marcha por cualquier tipo y tamaño de demanda, pueden ser miles, cientos o una docena las que cierren una avenida; pero hasta la primera mitad de los 80, ese era un escenario impensable.

En 1968, los estudiantes universitarios eran la clase media del País, las escuelas privadas apenas empezaban a surgir y la opción que todos querían eran las universidades públicas, lo que provocó cierta saturación en las matrículas y, por ende, en los egresados.

Hoy, la aspiración de los padres de familia es que sus hijos, de llegar a la universidad, ingresen a una escuela privada, ya que se piensa que tendrán las mejores oportunidades laborales.

Mientras en la década de los 50 un egresado universitario sabía que al terminar sus estudios tendría un trabajo con una remuneración más o menos decente, el de finales de los 60 tendría más competencia en el campo profesional, además de que el contexto económico mundial ya se había modificado, principalmente después de que se estabilizara el orden mundial surgido después de la Segunda Guerra Mundial y surgiera la Guerra Fría.

Hoy, el contexto económico también está desacelerado, pero no sólo en México, sino en todo el mundo, además de que el orden mundial dicta otras pautas económicas.

Esto hace que un egresado universitario en México ahora se enfrente a una competencia global, en donde la crisis también ha provocado que las oportunidades laborales sean más escasas; asimismo, quienes estudiaron en escuelas privadas son mejor vistos por muchos empleadores, pero no cuentan con las ventajas que tenían hace 10 años (aunque haya quien salga con el gastado discurso de “no importa la escuela” o “el que quiere armarla la hace donde sea”, etc., la realidad es que en el imaginario colectivo persiste la idea de que “los egresados de escuelas particulares están mejor preparados”).

Es precisamente el sector de los estudiantes de universidades privadas el que actualmente está más afectado, ya que, por ejemplo, pocos aspiran a ganar un salario que esté por encima de lo que sus padres pagaron por la colegiatura.

Es ahí donde hoy surgió el #YoSoy132, un origen muy diferente al de 1968.

Puedo seguir con los comparativos o ahondar más en los que ya enumeré, pero atentaría contra la brevedad que debe tener un blog, así que algún día, por qué no, se podría hasta escribir un libro con esta temática, a la que yo le agregaría el movimiento estudiantil de 1987, el del CEU, y que sí se parecía más al de 1968… y que además nos heredó a algunos personajes que hoy se dedican a la política.

Así, creo, se ayudaría a que los medios no hagan comparaciones tan ligeras entre movimientos sociales, que los mexicanos tengamos mejor memoria y a que de verdad surja un movimiento que impulse ese cambio tan necesario que requiere México y que hoy no va por buen camino.

@carlostomasini

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