¿Quién pondrá los límites a Andrés Manuel López Obrador?

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Nota publicada originalmente
en Expansión.

LA POLÍTICA MEXICANA NO REGISTRABA UN «CARRO COMPLETO A NIVEL NACIONAL desde la época hegemónica del PRI, cuando el tricolor no sólo ganaba la presidencia, sino también las cámaras del Congreso y las gubernaturas en disputa.

En 2018, la expresión volvió a la escena pública, luego de que en las elecciones del 1 de julio Morena se llevó el Poder Ejecutivo, 259 de 500 diputaciones, 59 de 128 senadurías y cinco de nueve estados, lo que genera dudas sobre qué actores pueden fungir como contrapesos al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

A pesar de las alternancias que ha habido, se sigue manteniendo una cultura presidencialista en la que hay un culto al presidente, por lo que las diferentes fuerzas suelen alinearse en torno a él, y, en especial, cuando tiene una enorme legitimidad que le dio la ciudadanía en las urnas”, dice Ivonne Acuña, académica de la Universidad Iberoamericana.

Incluso, analistas como Macario Schettino, del Tecnológico de Monterrey, advierten que ese poder puede crecer aún más, pues el presidente tendrá la tentación y la posibilidad de ir eliminando las resistencias a su proyecto político.

“López Obrador irá destruyendo los contrapesos y tendrá todo el poder en sus manos, (pero) no sé si va a poder administrarlo porque no tiene una organización propia, ya que Morena es un conglomerado de fuerzas que no es tan fácil de coordinar”, señala.

Pero, más allá de Morena, un escenario con una fuerza hegemónica representa un reto para la democracia.

El estratega Antonio Sola cree que México necesita reformas que le garanticen tener contrapesos institucionales que pongan límites al gobierno, justo cuando ocurra una victoria tan contundente como la de López Obrador.

Hasta ahora, son pocos los actores políticos –sean instituciones o personas– que se perfilan como un contrapeso real a esta administración.

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Acuña y Schettino coinciden en que instancias como la Suprema Corte y el Banco de México podrían asumir ese papel, aunque alertan de que el presidente tratará de aumentar su influencia en ellas.

“En Banxico, van a tener dos subgobernadores nombrados por López Obrador, y en la Corte, también tendrán pronto a dos ministros nombrados por él”, dice Schettino.

El panorama es similar en los estados, donde sólo dos gobernadores –Javier Corral, de Chihuahua, y Enrique Alfaro, de Jalisco– han cuestionado, abiertamente, algunas decisiones del jefe del Ejecutivo.

Ante esto, algunos analistas creen que la función de contrapeso recaerá más en otros actores, como la comunidad internacional, la prensa y las organizaciones civiles. “No necesariamente quiere decir que la sociedad esté contra el presidente, sino que debe tener un ojo atento a las políticas del gobierno”, dice Sola.

Con todo, los expertos coinciden en algo: el México de hoy no es el mismo que el que existía la última vez que hubo una fuerza hegemónica, lo que representa desafíos e interrogantes para gobierno y ciudadanía.

“El país que recibe López Obrador no es como el que dejó el PRI en el 2000. Hoy existe una sociedad que ha crecido, hay muchos actores nuevos y tenemos problemas que se han profundizado, como la seguridad, así que el reto es todavía más grande”, concluye Acuña.

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CINCO POSIBLES ANTAGONISTAS

Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco

El 1 de julio pasado, en medio de la aplastante victoria de MORENA en el país, el candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, ganó la gobernatura de Jalisco –la cual buscaba por segunda vez– con 39.05% de los votos (más de un millón 300 mil). El también ex presidente municipal de Guadalajara, que asumió el poder el 6 de diciembre de 2018, se ha pronunciado en contra de la figura de los “superdelegados” creada por el gobierno de López Obrador, ya que la considera como violatoria de la soberanía de los estados. Además, ha lanzado críticas contra temas como el presupuesto para 2019 y los planes de seguridad pública federal.

EZLN

“Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”, escribió tras las elecciones del pasado 1 de julio el subcomandante Marcos (hoy conocido como “subcomandante Galeano”), uno de los líderes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), movimiento que hizo su aparición pública en 1994 y que le declarara la guerra al gobierno que entonces era encabezado por Carlos Salinas de Gortari. Este grupo se ha pronunciado en contra de diversos proyectos del gobierno actual para el sureste del país, como la construcción del Tren Maya con argumentos como que las consultas a las comunidades indígenas han sido una simulación.

Gustavo de Hoyos Walther, presidente de Coparmex

Aunque en ocasiones envía mensajes positivos sobre algunas iniciativas del nuevo gobierno, Gustavo de Hoyos Walther, recién reelecto como presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), ha sido especialmente crítico en temas como la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. El 1 de diciembre, tras la toma de posesión de López Obrador, el empresario escribió en Twitter que el discurso del mandatario estuvo lleno de “expresiones polarizantes, ideología retrógrada y reversa a reformas energética y educativa”. Al interior de la Coparmex hay voces a favor y en contra del presidente, pero la organización podría tener un peso importante si los empresarios decidieran actuar o pronunciarse en conjunto ante un tema en particular.

Felipe Calderón, ex presidente de México

Tras las elecciones del 1 de julio, no quedó rastro de algún partido o grupo político que pudiera fungir como verdadera oposición para el nuevo gobierno. Uno de los adversarios naturales de López Obrador es el expresidente Felipe Calderón, quien lo derrotara por un cerrado margen en las elecciones de 2006. A finales de 2018, el expanista manifestó su deseo de crear un nuevo partido, el cual podría ser una verdadera opción de derecha ante el actual debilitamiento del Partido Acción Nacional. Sin embargo, tiene en contra que durante su sexenio sufrió un desgaste (especialmente por el tema del combate a la delincuencia) que lo podría dejar sin el apoyo general de la población y de ciertos sectores políticos.

Poder judicial

Desde que era candidato, López Obrador impulsó una imagen negativa de los jueces y magistrados, acusándolos especialmente de tener altos sueldos y privilegios con cargo al erario. Aunque continúa siendo el poder que no “controla” el ahora presidente, la reciente elección del ministro Arturo Zaldívar para presidir el Poder Judicial hasta 2022 podría construir algunos puentes, aunque la visión progresista de este juez (que entre sus logros se enumeran temas como la legalización jurídica de la marihuana y la discusión del tema de la Guardería ABC durante el sexenio de Felipe Calderón) podría ayudar a que exista un contrapeso de parte del Poder Judicial en momentos específicos. En contraparte, la llegada a la Suprema Corte de Justicia de la Nación del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá podría acercar más a López Obrador a este poder, especialmente porque en febrero se espera el relevo de la ministra Margarita Luna Ramos y podría llegar a ese puesto otra persona cercana al presidente.

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