
Los medios mexicanos nunca admiten que apoyan o atacan
a alguien, sino que siempre tratan de mantener una imagen
de ecuanimidad que nadie cree
ATOCHA, una estación de tren emblemática de Madrid, fue objetivo de un atentado terrorista el 11 de marzo de 2004; al siguiente día, el periódico más vendido en la capital española fue El País.
Asimismo, el 2 de abril de 2005 falleció el Juan Pablo II, terminando así con más de 25 años de papado y, al siguiente día, el diario más solicitado en los kioscos madrileños fue el ABC.
Ambos son diarios muy importantes en España y de gran circulación, la gran diferencia entre uno y otro es que El País es abiertamente un medio de izquierda y el ABC es de derecha.
La tendencia ideológica de estos diarios no es un secreto, por lo que nadie se espanta de ello y el análisis de las diferencias entre las coberturas de ambos medios sobre un mismo hecho, es un ejercicio común en las aulas de Periodismo de España y otros países.
La gente suele consumir el medio que dice las cosas como le gusta que las digan y, cuando una noticia está mejor narrada en otro periódico, lo compra sin problemas; por eso el atentado lo leyeron en El País y la muerte de un Papa en el ABC.
Hace unos años, le pregunté a uno de los altos mandos del ABC si era ético no contar toda la verdad de un hecho, porque yo pensaba que así era; sin embargo, después de que me echó una mirada de molestia, me dijo: “Nunca vamos a publicar mentiras, únicamente publicamos todo desde nuestra visión”.
Es decir, todos los medios, nos guste o no, tienen una postura respecto a un hecho, y aunque la presenten como “imparcial”, siempre tendrá elementos como la duración de una nota o el lugar de la página en la que se coloque que demostrará cuánta importancia le da.
El otro paso sería que el medio admitiera a quién apoya; por ejemplo, en Estados Unidos, Fox News siempre ha estado cargado hacia los Republicanos y nadie se espanta.
En México, si la televisión quiere tener más poder, se inclinará hacia el candidato que le dé lo que necesita, mientras que algunos comunicadores se inclinarán más hacia la izquierda porque coincide más con su ideología y con los intereses del medio para el que trabaja.
Quizá el único ejemplo claro y duradero de postura de un periódico mexicano es La Jornada, que desde 1984 se considera un periódico de izquierda (cuando ese concepto, prácticamente no existía en el lenguaje político del País) y ahí ha permanecido sin que nadie se espante o lo acuse de tendencioso.
Los medios mexicanos nunca admiten que apoyan o atacan a alguien, sino que siempre tratan de mantener una imagen de ecuanimidad que nadie cree; quizá, su credibilidad se vería más firme si, de entrada, la audiencia supiera transparentemente qué ideología apoya.
Así que lo mejor sería dejar de darse golpes de pecho, permitir que los medios salgan del clóset de la izquierda o la derecha y así vivir en una sociedad más transparente. Dejarnos de hipocresías, pues.
@carlostomasini
También cabe apuntar que muchos lectores de diarios no siempre distinguen la seriedad y el perfil de las publicaciones que consumen. Hay público que lo mismo lee El Universal que La Prensa y no existe diferencia alguna en la calidad informativa o el contenido.
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Quise decir: «Para ellos no existe diferencia alguna en la calidad informativa o el contenido». Una disculpa por el resbalón.
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