Masaryk: Caótica, pero la aman

La calle Masaryk, en Polanco, debería ser nuestra Quinta Avenida.
La calle Masaryk, en Polanco, debería ser nuestra Quinta Avenida.

Este reportaje lo hice a finales del año pasado por encargo,
pero por cambio de editores y demás, finalmente,
aunque intenté colocarlo en otros medios, no salió publicado.
Ahora lo comparto aquí porque creo que es un tema interesante.

DESDE hace más de 30 años, la zona comercial de lujo más importante de la Ciudad de México se localiza en Avenida Masaryk que, a pesar de sus problemas, sigue siendo sumamente atractiva para las marcas dirigidas a ese mercado.

En esta calle, que se extiende a lo largo de 30 manzanas que van de la zona de Periférico hasta Mariano Escobedo, se localizan tiendas de las marcas de lujo más importantes del mundo, como Tiffany, Chanel y Gucci.

Para muchos, Masaryk está al nivel de otras calles del mundo, como Avenue Montaigne de Paris, Rodeo Drive de California o la Quinta Avenida de Nueva York, pero para otros ha perdido el glamour debido al estado en el que se encuentran sus banquetas y mobiliario urbano.

A pesar de estos y otros problemas, como el tráfico, los valet parking y la falta de regulación de uso de suelo, los clientes siguen asistiendo a comprar a sus tiendas y las marcas todavía desean tener presencia en Masaryk.

Localizada en el corazón de uno de los centros de negocios más importantes del País, de hoteles de turismo internacional, de museos y de puntos de reunión como Chapultepec, esta avenida es hoy una de las calles con mayor costo por metro cuadrado de la Ciudad de México.

Masaryk está llena de contrastes, con graves problemas afuera que, literalmente, desaparecen al cruzar las puertas de las tiendas y que, de acuerdo con sus comerciantes, vecinos y estudiosos, se aferra a permanecer como una de las zonas más exclusivas del Distrito Federal.

Los orígenes
En 1938 se inició el desarrollo de una exclusiva zona residencial en los terrenos de lo que era la Hacienda de San Juan de Dios de Los Morales, al poniente de la Ciudad de México, que se llamaría Polanco.

En los planos iniciales, la hasta entonces calzada de Piedra Redonda (conocida así porque ahí se encontraba una gran roca) se llamaría Avenida Salomón; sin embargo, por impulso de Lázaro Cárdenas, entonces primer mandatario de México, se le dio el nombre del primer presidente de la República Checa: Tomás Garrige Masaryk.

El desarrollo de esa nueva colonia, creada por Raúl Basurto y José de la Lama, quienes ya habían creado la Hipódromo-Condesa, contemplaba la construcción del Pasaje Polanco, obra del arquitecto Francisco Serrano, una pequeña zona comercial y habitacional en esa avenida que tendría la finalidad de proveer de servicios a la nueva colonia.

“Ese fue el primer edificio comercial y el más importante de Polanco durante muchos años”, narra María Bustamante Harfush, cronista de la Delegación Miguel Hidalgo.

A mediados del siglo 20 se modificaron los hasta entonces estrictos reglamentos de uso de suelo de Polanco, lo que permitió la llegada de comercios, oficinas y hoteles que modificaron la vida residencial en la zona y, en especial, de Masaryk.

“A partir de los años 80, Masaryk tomó ese carácter de calle sofisticada con el que se conoce actualmente”, apunta Manuel Berumen Rocha, académico de la Universidad Iberoamericana e investigador de temas de Arquitectura relacionados con Polanco.

La primera tienda de lujo que se asentó en Masaryk fue Fratina, en 1979, en la esquina con Alejandro Dumas, y ofrecía diversas marcas de moda femenina provenientes de todo el mundo.

“Fuimos los primeros y nos fue muy bien, por lo que, cuando se abrieron las fronteras tras la incorporación de México al Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT), otras firmas internacionales que vieron nuestro éxito empezaron a ponerse junto”, recuerda Niobe López Ostolaza, fundadora y directora de esta boutique que hoy permanece abierta en la esquina con Calderón de la Barca.

“Durante nuestros primeros años hicimos mucha labor en otros países y ciudades, como Italia, Nueva York y París, para dar a conocer Masaryk, lo que derivó en que hoy sea conocida en el mundo como un corredor de moda similar a Rodeo Drive o a la Quinta Avenida”, asegura la también directora de la tienda Hermès.

Expansión acelerada
Para los años 90, Masaryk era ya una avenida predominantemente comercial, especializada en marcas de lujo; sin embargo, este desarrollo se dio muy rápido y con poco control.

“Empezó a crecer desordenadamente y no sólo llegaron tiendas de ropa, sino también restauranteros y otros negocios que generaron una mezcla enorme”, apunta López Ostolaza.

Esto también generó que los precios de las propiedades localizadas sobre Masaryk multiplicaran exponencialmente su precio, por lo que se redujo el uso de suelo habitacional y perjudicó parte del patrimonio arquitectónico de Polanco.

“En Masaryk son muy pocas las casas que quedan con el estilo original de Polanco, único en México; sólo algunos negocios, la mayoría de empresas trasnacionales, se han dedicado a conservar y restaurar casas originales y hasta son emblemas de sus marcas”, apunta Bustamante Harfush.

El tráfico, ruido, falta de señalización y descontrol en algunos negocios, como los antros que llegaron recientemente a la zona, son un nuevo problema para los vecinos y clientes de Masaryk.

“Es muy difícil caminar en las banquetas, no sólo porque muchas de ellas están destrozadas y hay automóviles estacionados sobre éstas, sino porque los restaurantes dejan sus enceres, como mesas, calefactores y pisos, en la vía pública, con lo que incumplen el reglamento que indica que éstos deben ser desmontables”, apunta Eloísa Alvarado, integrante del Comité Ciudadano Bosque de Chapultepec Polanco.

Otro problema de Masaryk que señala la representante vecinal es la vida nocturna, cuando se registran fuertes niveles de la música que los negocios proporcionan a las mesas que se encuentran sobre las banquetas, así como el caos vial que generan las bases de taxis irregulares que ahí se instalan, lo cual está afectando la calidad de vida de quienes viven en las inmediaciones.

Berumen Rocha destaca que nunca se ha hecho un plan sólido para unificar las aceras, por lo que es un caos caminar en ellas, así como la falta de regulación en otras actividades, como los valet parking.

“Masaryk y todo Polanco está imparable en el cambio de uso de suelo y en la destrucción del patrimonio”, apunta.

Y sin embargo, se mueve…
Pero a pesar de todas estas problemáticas y de la creación de otras zonas de lujo en el DF, como Altavista, Antara o Santa Fe, la Avenida Presidente Masaryk se ha mantenido como uno de los sectores comerciales más importantes de la ciudad en los que muchas marcas todavía quieren estar.

“Para abrir Casa Ávila en Masaryk tuvimos que esperar cerca de cuatro años porque estábamos esperando tener una ubicación disponible”, apunta Mario Llana, director de operaciones de International Meal Company, propietaria de ese restaurante.

“En los últimos años, Masaryk se ha ido transformando en una zona gastronómica de alto nivel y nosotros queríamos estar presentes aquí”, explica.

Aunque en los últimos años algunas marcas han decidido trasladarse a nuevas ubicaciones, como centros comerciales, nunca antes habían existido tantos negocios en Masaryk y con tal variedad de giros como en la actualidad, pero tampoco ha perdido el carácter de zona de lujo.

“Masaryk sigue siendo el lugar número uno de México, y yo he constatado que las firmas importantes del mundo todavía quieren estar aquí porque saben que es el mejor lugar”, señala López Ostolaza.

Otra cosa que no ha perdido Masaryk es el orgullo que sienten por ella los habitantes de Polanco.
“No me gusta el desorden que hay, pero me sigue gustando caminar por Masaryk”, reconoce Alvarado, “además es un lugar en donde me siento segura”.

Para Berumen Rocha, que también es vecino de Polanco, Masaryk es uno de los grandes atractivos de la ciudad.
“Es parte de lo que hace diferente a Polanco, del orgullo que tenemos los habitantes de esa colonia y, a pesar de sus problemas, salir a caminar por esta avenida no ha dejado de ser agradable”, apunta.

Sin embargo, a pesar de sentirse privilegiados por vivir en Polanco, los habitantes reconocen que es urgente hacer algo por la zona.

“Ha habido un abandono del espacio público en Polanco, mucho desplazamiento de la gente que la habitaba, sobre todo en la zona central de Masaryk; está bien que haya de todo, pero no violando el reglamento y provocando la destrucción del patrimonio”, señala Bustamante Harfush.

Las marcas
En la mayoría de las grandes ciudades del mundo existen zonas comerciales donde se reúnen negocios similares, y en el caso de Masaryk, lo que se concentra son las tiendas de lujo, explica Carlos Sedano, coordinador de la carrera de Mercadotecnia de la Universidad Iberoamericana.

“Si alguien quiere una bolsa o un reloj de lujo sabe que tiene que ir a comprarlo a Presidente Masaryk, pero si lo que desea encontrar es una gran variedad de zapatos a precios muy bajos, irá a Pino Suárez”, ejemplifica.

Sobre los centros comerciales, el académico opina que éstos y Masaryk coexistirán, ya que ambos tienen diferentes características para los clientes.

“Masaryk va a seguir siendo el aparador de productos de lujo en la Ciudad de México en los próximos años”, asegura.

Algunas marcas que cuentan con importante presencia en centros comerciales de País tienen su ubicación más importante en Masaryk, tal es el caso de Hugo Boss, la cual está establecida en esta calle desde hace 20 años, primero a través de una franquicia y, desde 2008, su tienda de 465 metros cuadrados, localizada en la esquina de Aristóteles, es operada directamente por esta trasnacional.

“Masaryk es una avenida emblemática, de gran tradición en México y representativa de la moda, por lo que para nuestro mercado y el de todas las marcas de lujo es un punto donde debes tener presencia”, afirma Laura Torres del Cueto, country manager de Hugo Boss para México y Latinoamérica.

Esta es la tienda insignia de esa marca en el País, además de que es la más grande y una de las tres primeras en ventas en todo México.

Otros negocios con importante presencia en Polanco hoy buscan mudarse a esta avenida, como el restaurante Cambalache, el cual hace unas semanas se cambió de la calle de Arquímedes, donde permaneció más de una década, a Masaryk y Dumas, ocupando los pisos superiores de una casa de mediados del siglo pasado que ellos remodelaron y, además, construyeron un estacionamiento.

“Cuesta dinero estar en esta avenida, pero tiene una recompensa porque no cualquiera puede tener el privilegio de tener un restaurante en Masaryk, que para mí es como el Champs Elysees del Distrito Federal”, asegura Carlos Pablovich, director de operaciones de Grupo Cambalache y Grupo Puerto Madero.

Fernado Pesci, director de Negocio de Tous para Latinoamérica y Caribe, dice que cuando abrieron su sucursal en Masaryk, en 2009, inmediatamente la consideraron como su tienda insignia para México y Latinoamérica.

“Llegar a Masaryk fue como la consagración de estar en México, fue arribar a la referencia del lujo en el País”, señala el representante de la marca que actualmente tiene en esta avenida una tienda de dos plantas donde ofrecen colecciones exclusivas de joyería con piezas especiales y de edición limitada.

“Con base en nuestros criterios de clasificación, la tienda de Masaryk está catalogada al mismo nivel de la de Paseo de Gracia de Barcelona, la Quinta Avenida de Nueva York o la calle Serrano de Madrid”, asegura.

En el caso de Louis Vuitton, que está presente en esta calle casi desde su llegada al País hace 20 años, su oficina en México señala que Masaryk representa una excepción dentro del panorama comercial del lujo local al tratarse de una avenida y no de un centro comercial.

“A pesar de algunas dificultades de urbanismo, Masaryk permite un shopping exclusivo e íntimo”, asegura la marca, que cuenta con una tienda de 230 metros cuadrados que ofrece productos que no están disponibles en otros de sus puntos de venta.

Una avenida con clientes fieles
Todas las marcas señalan que los clientes de Masaryk asisten a sus tiendas buscando mayor exclusividad en el servicio y sus productos.

“A los clientes que llegan a la tienda de Hugo Boss en Masaryk les gusta tener una atención más personalizada y, normalmente, cuando llegan ya saben lo que quieren, además de que suelen regresar constantemente”, apunta Torres del Cueto.

Otra característica que señala la ejecutiva es que, a diferencia de lo que pasa con sus sucursales localizadas en centros comerciales, la mayoría de la gente que visita su local de Masaryk sale haciendo una compra.

Asimismo, en muchas de las tiendas de esta avenida, las marcas ofrecen servicios exclusivos, como horarios extendidos a clientes especiales que lo soliciten o presentación de nuevas colecciones a invitados selectos.

“Al cliente triple A le gusta llegar a la puerta del establecimiento, bajarse de su auto y entrar, no perder tiempo, lo cual es una característica muy diferente a estacionarse en el sótano de un centro comercial y padecer otras incomodidades, por eso prefieren venir a Masaryk”, apunta López Ostolaza.

Mejoras necesarias
Trabajar más en la infraestructura, accesibilidad, seguridad y desarrollo urbano son las acciones necesarias en Masaryk, coinciden vecinos y comerciantes.

“Si se hicieran mejoras, como propiciar el tránsito peatonal, tendría un efecto directo en las ventas porque sería una experiencia más agradable para el cliente”, opina Torres del Cueto.

Ante esto, muchas marcas saben esto y han invertido en la remodelación y mantenimiento de zonas aledañas a sus negocios, como jardineras, camellones y banquetas, aunque a veces esto genera quejas de los vecinos o multas de parte de la Delegación.

“Sería bueno que se pueda terminar de redondear junto con las autoridades el trabajo de mantenimiento que hacemos los negocios para que la zona luzca más bonita y ordenada”, sugiere Pablovich.

Para Bustamante Harfush también es importante recuperar la importancia histórica de Masaryk, lo cual le daría un gran valor agregado.

Ofrecen soluciones
López Ostolaza asegura que desde los años 90 no ha habido una inversión importante en la infraestructura de Masaryk de parte del Gobierno del DF o las autoridades de la Delegación Miguel Hidalgo.

“Tenemos reuniones con ellos, vemos proyectos y nos prometen que se van a hacer cosas, pero al final no hacen nada”, afirma la empresaria.

Ante esto, ella y un grupo de propietarios de inmuebles de Masaryk están por establecer un grupo llamado Asociación de Propietarios de Inmuebles de Masaryk (APIM), cuya función será trabajar de la mano con la Delegación y aportar recursos económicos para realizar obras, como el mejoramiento de las banquetas, colocar cableado subterráneo y recobrar la señalización de las calles, con el fin de mejorar este corredor comercial.
“Es un proyecto que va de Moliere a Lafontaine y, dependiendo del número de metros que tengamos de frente sobre Masaryk, será nuestra contribución”, explica.

Asimismo, más de 20 marcas con presencia en la zona, como Hugo Boss, Max Mara, Hermes, Puma, Nespresso, Berger, Mont Blanc y Salvatore Ferragamo crearon en 2010 la Asociación Masaryk, con el fin de reunirse periódicamente para platicar sobre las problemáticas de la zona y emprender acciones para que esta avenida sea más amigable, además de organizar eventos en conjunto, como lanzamientos o ventas especiales.

“Procuramos que no pasen más de dos meses para reunirnos y el objetivo es tener más peso en cuanto a hacer un grupo de marcas en busca de un beneficio común en pro de nuestros negocios”, dice Torres del Cueto.

En los últimos años se han presentado diversos proyectos para mejorar la apariencia de Masaryk, los cuales van desde un estacionamiento subterráneo hasta la propuesta de convertir en peatonal toda la calle.

Uno de ellos es el Plan de Mejoramiento de Imagen Urbana Corredor Masaryk, del despacho 123 Arquitectura y Diseño, el cual desarrollaron en conjunto con Cemex hace un par de años y que contempla acciones como embellecer las banquetas, homologar los acabados de los negocios y fomentar los cruces transversales para los peatones que quieren ir de una tienda a otra, además de mejorar el camellón.

“Proponemos acciones sencillas de realizar, las banquetas de Masaryk son bastante amplias, por ello, lo que proponemos es ordenar los comercios y darle un ancho adecuado a las aceras para los peatones sin necesidad de modificar las medidas actuales de la calle”, explica Fernando Tepichin Jasso, socio de 123 Arquitectura y Diseño.

Para Alejandro Polo Lamadrid, también socio de ese despacho, lo que se necesita para poner en marcha un proyecto como el que ellos presentan es la suma de las voluntades de todos los interesados, como comerciantes, vecinos y autoridades.

Vecinos y comerciantes coinciden en que los comercios deben ser más respetuosos del entorno de Masaryk, que se regule el uso de suelo y tipo de negocios que se abran en la zona y que es necesario desarrollar un proyecto de imagen urbana, además de mejorar el acceso peatonal y vehicular.

Asimismo, Alvarado propone que tanto vecinos, autoridades y comerciantes deben unirse para no dejar que la zona decaiga y le suceda lo mismo que a otras del DF, como la Zona Rosa, que tras una época de esplendor, perdió todo su glamour.

“Debemos unirnos para rescatar el sueño de convertir a Masaryk en la Quinta Avenida y no dejar que se convierta en una avenida de quinta”, advierte.

2 Comments

  1. Creo que el autor de este artículo, muy acertado, no sabe que hay un proyecto bastante avanzado para hacer de Masaryk una calle peatonal, que a mi ver estaría fenomenal, pero deben resolver el acceso de vehículos a los vecinos y locatarios así como resolver el problema de los estacionamientos y la movilidad circundante. Saludos

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